Santiago de Chile, 21 de marzo de 2019.
Exmo Señor Sebastián Piñera y Señora Cecilia Morel
Presidencia de la República de Chile
De mi consideración:
He
recibido su invitación a participar en un almuerzo en La Moneda con ocasión de
la visita del Presidente de Brasil Señor Jair Bolsonaro.
Brasil
es un país que he aprendido a admirar profundamente en su historia , su
gente,su diversidad social, étnica, cultural a lo largo de treinta años de
trabajo como investigadora en diversos estratos de su población, a lo largo y
ancho del territorio. Tengo premios internacionales en relación a ello.
Digo
esto para explicarles mi negativa a participar del almuerzo en honor al
Presidente Bolsonaro al que me invitan.
No voy
a referirme a las desafortunadas y ya divulgadas expresiones del Presidente
Bolsonaro relativas a la mujer, sus discriminadoras frases respecto de otros
géneros y etnias que no respondan a su concepción de superioridad del sujeto
hombre (macho), blanco, heterosexual, y occidental. Responden a una pérdida de
privilegios,a la amenaza que se percibe en el empoderamiento logrado por estos
sectores en las últimas décadas, como bien lo ha señalado la analista brasileña
Eliane Brum. Tampoco a sus afirmaciones sobre la tortura y la muerte, que de
tan graves caen en la caricatura.
Los
últimos veinte años los he dedicado a la Amazonia, esa tierra paradisíaca que
vio Euclides da Cunha, en donde el ser humano es “un intruso impertinente”.
Como es sabido más allá de su riqueza cultural, se trata de un lugar de
yacimientos minerales enormes. De uno de los mayores reservorios de
biodiversidad del planeta, fundamental para su equilibrio climático, que, de
acuerdo a un estudio reciente de la Universidad de Leeds desde 1980 ha
absorbido aproximadamente 430 millones de toneladas de carbono por año, es
decir cuatro veces las emisiones del Reino Unido. En medio del aumento del
calentamiento global, el Presidente Bolsonaro apunta al retiro de su país del
tratado de Paris y se suspende la Cumbre del Clima (COP25) con sede en Brasil ,
que dice relación con esto, lo que significa negar su importancia.
Sus
proyectos empresariales en relación a la Amazonía no encierran menos peligro.
Su intención es desarrollar la Amazonía “improductiva” y “desértica” a través
de megaproyectos como el llamado Barón de Rio Branco en el rio Trombetas.
Construcción de represas y carreteras que favorecen a los cultivadores de soya,
sus apoyos electorales.No existen para él las comunidades indígenas ni
quilombolas que a través de decenas de años de lucha y cientos de años en el
lugar han logrado demarcar sus tierras. Ya no hay protección.
La
institución demarcadora ahora es el Ministerio de Agricultura. El lobo cuida
las ovejas. Las tierras públicas pasan a manos privadas y se abre la Amazonía a
la explotación de soya, ganado y minerales. Estas decisiones ya tienen
antecedentes en ese país: comienza la destrucción de la selva y el curso de los
ríos, con sus consecuencias,la entrada de los taladores ilegales, la minería
ilícita, la ganadería destructora, como lo fue en Acre con la desaparición de
los castañales, los robos de madera con camiones sin patente por la selva y los
troncos flotando sobre los ríos. El paraíso se vuelve infierno, y ese infierno
nos incorpora a todos.
No voy
a extenderme, señor Presidente. Solamente quiero explicar porqué no asistiré a
la invitación al almuerzo del día sábado 23 de marzo de 2019, en la Moneda, en
honor al Presidente Bolsonaro, al que tan gentilmente ustedes me invitaron.
Ana Pizarro
Doctora de la Universidad de París.
Ex-Académica de la Universidad de Santiago de Chile
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